Exposición: Ikiru, del 24 de mayo al 30 de junio.
Tadanori Yamaguchi nació y se formó en Japón, allí expuso sus primeras obras antes de asentarse definitivamente en Asturias. No es casual esta referencia a ambos mundos que Tadanori representa, tan diferentes y tan complementarios. Más ambiguo aquél, más concreto éste. Con distintas apreciaciones del espacio y del tiempo.
Toda la obra de Tadanori reflexiona sobre estas diferencias y el sentido de lo efímero. O la vivencia del espacio o el sentir del tiempo, la congelación de un instante o una pieza que desaparece por el fuego o retorna a la naturaleza de la que procede.
Tadanori es la expresión de dos mundos y sabe transmitirlos, ponerlos en diálogo, enriquecerlos. Siempre, toda su obra. Él mismo. Quizás hay ciertas diferencias entre sus primeros pasos japoneses, más constructivos, y su obra madura asturiana, siempre conceptual. Aunque su lenguaje expresivo sea el mismo, más allá de los soportes o los materiales que utiliza. Su obra siempre transmite sensaciones de peso y densidad o de levedad extrema, del mármol o el granito al papel o las varillas de bambú, pasando por las texturas translúcidas y ambiguas del ónice, de la escala más pequeña a una intervención urbana, siempre en diálogo con el entorno, piezas que parecen haber estado ahí, en lugares que no serían lo mismo sin ellas; hasta elementos mobiliarios, una mesa o una lámpara, en la mejor tradición de otro japonés universal, Isamu Noguchi.
El Tadanori japonés, miraba hacia los minimalismos contemporáneos, admiraba a Richard Serra. Ahora, el Tadanori de Pravia, desde la esencia de éstos, aporta una nueva sensibilidad, más intensa y enriquecedora.
La historia sigue en Asturias. Tadanori se casa con una asturiana y, hace algunos meses, nace su preciosa hija. Y Tadanori profundiza en esta nueva experiencia afectiva, la belleza de lo mínimo que es el Todo. Pero esta vez lo mínimo no es sólo un -ismo ni tampoco lo formalmente esencial: es el origen de la vida, el origen de ese Todo, desde el big-bang hasta la formación de una célula y su desarrollo, qué es un ácido y qué una molécula, cuándo aparece la vida.
En realidad todo gira en torno a la idea «célula», la palabra que más repite al referirse a esta exposición en la galería Cornión, a todo lo que hizo posible la célula y lo que la multiplicación de células puede llegar a crear. La vida. Vivir. Ikiru.
(Extracto del Prólogo original)
Vicente Díez Faixat
Arquitecto
GALERÍA DE ARTE CORNIÓN |
La Merced, 45, 33201-Gijón (ASTURIAS) |
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