Bonsáis artísticos con grullas de origami

La artista japonesa Naoki Onogawa lleva el arte del origami un paso más allá y lo hace la manera más japonesa posible. Inspirada por la leyenda de las 1000 grullas y la historia de Sadako Sasaki, dobla cientos de grullas en miniatura y las junta en hermosos bonsáis de mil colores y estilos.

 

La leyenda cuenta que cualquiera que haga mil grullas de papel recibirá un deseo de parte de una grulla, animal considerado sagrado en Japón. Tal deseo puede ser una larga vida o la recuperación de una enfermedad.

Las mil grullas de origami se han vuelto un símbolo de la paz precisamente por la historia de Sadaki Sasaki, una niña japonesa que deseó curarse de su enfermedad producida por la radiación de la bomba atómica de Hiroshima. Desgraciadamente, falleció a los 12 de leucemia después de haber pasado muchos años doblando grullas en el hospital. Sus compañeros de clase hicieron mil grullas de papel y las enterraron junto a Sadako.

En el Parque de la Paz de Hiroshima fue construida una estatua dedicada a Sadako en 1958, en cuya base está escrito «Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo». La historia fue tan impactante que trascendió los límites de Japón, convirtiéndose en un referente mundial de los movimientos pacifistas.

“Desde tiempos ancestrales, los japoneses han estado han temido a los fenómenos naturales. A pesar de ese miedo al mundo natural, veneramos la naturaleza y coexistimos con ella en armonía. Como símbolo natural, el árbol posee una fuerza vital que se encuentra en toda la naturaleza. He intentado dotar mis obras de esa energía. Espero que podáis sentirla cada vez que miráis mis obras”, escribe Naoki en su blog.

Visto en: Demilker

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