Este sábado 8 de julio de 2017, se emite de 21:55 a 23:50h UNA PASTELERÍA EN TOKIO por La2 de TVE. La revista eikyô hizo un artículo en la edición #eikyo21 que reproducimos a continuación:
Mochi, dango, taiyaki, zenzai, monaka, anmitsu… la mayoría de los dulces japoneses tradicionales llevan un elemento común; la pasta dulce de judías rojas, an en japonés -el título original de la película “una pastelería en Tokio”. En supermercados de Japón se puede comprar la pasta hecha empaquetada o enlatada, de diferentes tipos de textura y granulado y la usamos tanto para cocinar sopa caliente de judías, como dulces mochi y otras muchas cosas.
Esta materia prima tan familiar para nosotros, sin embargo, no es fácil de preparar. Antes de empezar, se deben dejar las alubias en remojo toda la noche. Después de lavarlas, se les da una primera cocción para ablandarlas. Se traspasan varias veces al agua fría para que se enfríen y queden tiernas, y entonces se vuelven a cocer más de una hora a fuego lento. Una vez escurridas suavemente, el siguiente paso es cocerlas añadiendo azúcar. En cuanto hierva, se apaga el fuego y se dejan tapadas al menos dos horas. Por último, espesar las judías lentamente por cocción, agregando el almíbar y mezclando con una espátula. Es un trabajo de horas y horas de paciencia y cariño, un bello trabajo que el film reproduce de cabo a rabo.
La historia se desarrolla en una pequeña pastelería que elabora solamente dorayaki, un dulce tradicional formado por dos bizcochos de forma redonda y plana, rellenos del an, la comida favorita de Doraemon. Unas alumnas del barrio son sus únicos clientes, incluida la chica adolescente que vive con su madre, Wakana. Un día de primavera, con los cerezos en plena floración, una abuela, Tokue visita la tienda para pedir trabajo. El gerente, Sentaro, rechaza la oferta argumentando que es poco adecuada dada la edad de la candidata y sus dedos deformados, pero cambiará de opinión una vez pruebe el an que le ha presentado. Para Sentaro, que hasta entonces había comprado la pasta dulce preparada en latas enormes, el an de Tokue será una revolución que aportará a la pastelería un éxito como nunca han conocido. Mientras todo parecía ir mejorando, un rumor sobre Tokue ensombrecerá el éxito de la pequeña tienda: la mujer vive en el sanatorio para enfermos de la lepra. A partir de ese momento, los personajes empezarán a buscar la verdad de cada uno.
El sanatorio que aparece en el film existe en realidad en la ciudad de Higashimurayama, Tokio. Establecido en 1909, ha funcionado como pabellón aislado para los enfermos durante casi 90 años. Precisamente fue el que visitó el director de anime, Hayao Miyazaki buscando inspiración para la película “la princesa Mononoke” en su descripción de la gente socialmente aislada. Igual que este sanatorio, existen otros 15 en todo Japón que, en la actualidad, aceptan visitas guiadas. En ellas se encierran historias de personas aisladas del exterior, a las que no se les permitía tener una vida normal, ni trabajar, ni casarse, ni tener hijos. Eran objeto de prejuicio y discriminación debido al poco conocimiento que se tenía entonces de la enfermedad.
La directora Naomi Kawase logra plasmar la esencia del ser humano a través de la cuestión de la enfermedad y una mirada minuciosa hacia el proceso de elaborar el an. La joven pero firme promesa del futuro del cine nipón, debutó en 1997 con la película “Suzaku”, su primer largometraje comercial con el que ganó el premio de Cámara de Oro del Festival de Cannes, la directora más joven jamás galardonada. Se trata de una adaptación de la novela escrita por Dorian Sukegawa, escritor, poeta, músico y payaso. Los actores principales, Kirin Kiki como Tokue y Masatoshi Nagase como Sentaro, han sido seleccionados como mejores actores del año con varios galardones, consiguen mostrar una relación trascendente del marco ordinario gracias a su acción contenida y rica en sentimientos. Kyara Uchida que representó la joven asidua de la pastelería, es nieta verdadera de Kirin Kiki y trabajaron juntas por primera vez en la película.
Al tener algo en nuestras manos, no siempre pensamos en el proceso de cómo ha llegado hasta allí, cómo se hizo, a quién concernió y con qué pensamiento. El film hace referencia a lo que se comunica a través de las manos de las personas, algo que solemos olvidar. Tokue menciona en su dialogo “yo nací solamente para ver y escuchar este mundo, lo que el mundo deseaba por mí no es nada más que eso”. Sin embargo, en ocasiones, escuchar cuidadosamente unos a otros puede proporcionar ayuda mutua entre ellos.
[divider]
Leave a Comment