El 27 de agosto de 2014 se cumplen 100 años de la patente de la cremallera. Este accesorio fue inventado por Gideon Sundbäck, un emigrante sueco asentado en Canadá, si bien no fue el primer intento de crear un cierre práctico para las prendas de vestir y complementos. La cremallera se popularizó unos veinte años después.
En el siglo XIX la ropa se cerraba con lazos, corchetes o elementos similares con lo que era bastante engorroso quitarse la ropa. Así, Elias Howe (1819-1867), patentó un cierre automático para la ropa que no tuvo ningún éxito. Tras cuarenta años sin avances en la materia, a finales del siglo XIX, Whitcomb L. Judson (Chicago, 1836-1909) inventó un nuevo sistema de cierre para botas y zapatos. El sistema era efectivo, pero tenía el inconveniente de que requería bastante tiempo.
A la compañía de Judson se incorporó el sueco Gideon Sundbäck (1880-1954). Sundbäck trabajó desde el año 1906 en la mejora del cierre diseñado por Judson y, tras muchas pruebas, en 1914, solicitó la patente de un nuevo cierre. Estaba compuesto por dos trozos de tela que en sus bordes tenían una serie de dientes metálicos que trababan o destrababan según se pasara un deslizador en sentido de apertura o cierre.
Al principio, la cremallera solo se utilizó para ropa de bebés y para cerrar las bolsas de tabaco. Habría que esperar 20 años para que su uso se extendiera a otras prendas de vestir, empezando por los pantalones. La generalización de su uso llevó al propio Sundbäck a inventar una máquina que las fabricaba en serie. Su fábrica de cremalleras Lightning Fastener Company fue una de las primeras del mundo. Además, inventó la máquina de producir botones en serie, que se convertirá en indispensable para los pantalones con este tipo de cierre.
El modelo original diseñado por este sueco estaba realizado con piezas metálicas. A lo largo del tiempo, sin embargo, la cremallera ha ido evolucionando, introduciéndose nuevos materiales, como el plástico o el nylon. Lo sorprendente es que un invento aparentemente tan sencillo tenga una complejidad importante desde el punto de vista de la ingeniería, ya que la cremallera está compuesta de 12 componentes imprescindibles para su correcto funcionamiento.
Yoshida Kogyo Kabushikikaisha (YKK)
En la actualidad, el mercado de la cremallera está prácticamente acaparado por la empresa japonesa Yoshida Kogyo Kabushikikaisha (YKK) (occidentalizado como Yoshida Industries Limited) fundada por Tadao Yoshida en 1934 en la ciudad japonesa de Kobe, produce el 90 por ciento de todas las cremalleras del mundo. La dimensión de YKK es espectacular, ya que tiene unos 40.000 trabajadores, con sedes en más de 70 países. La producción anual de la compañía se estima en más de dos millones de kilómetros de cremalleras, es decir, más o menos cinco veces la distancia que hay de la Tierra a la Luna. Su fábrica más grande, ubicada en Georgia, fabrica diariamente 7 millones de cremalleras. Y no sólo hacen creamalleras y botones, sino que fabrican las máquinas que fabrican las cremalleras.
La forma en que la compañía de señor Yoshida ha alcanzado este éxito es mediante el «ciclo del bienestar», como él mismo lo llama. Básicamente se refiere a que «nadie prospera, a menos que otorgue un beneficio a los demás». Utilizando este principio, se dedicó a crear y fabricar los mejores cierres del mundo, que pudieran ser de excelente calidad y de larga duración en el producto final. Esto resultaría entonces beneficioso para los productores de ropa, como para los consumidores finales, y como ellos se verían beneficiados, entonces YKK tendría las cifras de venta más altas y los clientes más fieles, completando así el «ciclo del bienestar».
Visto en: www.diariosigloxxi.com y www.taringa.net
[divider]
Leave a Comment