A través del contacto con misioneros jesuitas en el siglo XVI y en los siglos siguientes con comerciantes holandeses, se introdujeron muestras de arte europeo en Japón. Varios artistas, especialmente durante el siglo XIX, analizaron los procedimientos de claroscuro y, sobre todo, de perspectiva de la pintura occidental.
Con la apertura del comercio entre Japón y Occidente a partir de mediados del siglo XIX, gran número de objetos japoneses llegó a Europa. El impacto de novedad y exotismo produjo una fascinación que se reflejó en la moda, los muebles y las tendencias estéticas. Las xilografías a color cautivaron a los artistas, quienes fueron profundizando su comprensión de la esencia del arte japonés. Se generó así una importante influencia en los movimientos de vanguardia en pintura, arquitectura y artes gráficas y decorativas de fines del siglo XIX y de comienzos del siglo XX. Paralelamente Japón vivía un dinámico proceso de occidentalización.
La obra pictórica y los escritos de Vincent van Gogh ofrecen un testimonio íntimo y directo de esta interpretación artística. Su producción tardía se basó en el conocimiento de los grabados japoneses. Se vio atraído por la luminosidad del color, el ritmo y expresividad de la línea, la sucesión de planos sobre la superficie pictórica. En 1888 escribía a su hermano Theo desde Arlés: “La región parece plana. Y los paisajes en la nieve con las cimas blancas contra un cielo tan luminoso como la nieve son exactamente como los paisajes de invierno que hacen los japoneses. Aquí veo algo nuevo, aprendo… La pintura japonesa gusta, se ha experimentado su influencia, todos los impresionistas tienen esto en común…”
Exposición “Tendiendo puentes, Japón y Occidente: los desafíos del arte»
Del 15 de mayo al 16 de agosto de 2015
Museo de Historia del Arte (MuHAr)
Montevideo (URUGUAY)
[divider]
Leave a Comment