Primeras fotos del asteroide Ryugu

El pasado mes de abril de 2019 tres equipos de científicos japoneses publicaban en la revista Science los resultados de algunas exploraciones sobre el asteroide Ryugu llevadas a cabo por la sonda espacial Hayabusa2. Watanabe y sus colegas mostraron que el asteroide no era más que un montón de rocas apiladas en forma de trompo y también identificaron los lugares en los que recoger las muestras que el ingenio espacial traerá a la tierra en diciembre del año que viene.

Kitazato y sus colaboradores compararon los minerales hidratados de la superficie del asteroide con los meteoritos carbonosos que impactan en nuestro planeta mediante espectroscopía de infrarrojo y el equipo de Sugita describió las características geológicas y los colores de superficie de Ryugu y los resultados combinados de los tres documentos para analizar el proceso de formación de Ryugu, formado por la acumulación de escombros expulsados ​​por el impacto de un asteroide más grande.

Pues bien, en su número del 23 de agosto Science acaba de publicar las imágenes obtenidas por la cámara MASCOT (Mobile Asteroid Surface Scout) durante su descenso desde Hayabusa2 a la superficie de Ryugu en la que predominan dos tipos de roca, unas más oscuras, desmigajadas como si fueran una coliflor y otras más brillantes y lisas, pero no se observa polvo que debe perderse en el espacio o ser absorbido al interior del astro.

Las inclusiones de tamaño milimétrico en las rocas son similares a las presentes en los meteoritos de condrita carbonosa. La cámara funcionó durante 17 horas hasta que se agotaron las baterias. Ryugu se llamá así como homenaje a Ryūgū-jō el palacio submarino que habitaba Ryūjin, también conocido como Ōwatatsumi, la divinidad tutelar del mar en la mitología japonesa. Un dragón que simboliza el poder del océano. Con una gran boca y capaz de adquirir forma humana. Controlaba las olas del mar utilizando unas gemas mágicas (Kanju y Manju) con las cuales podía apaciguar y embravecer la marea.

Hayabusa2 regresará a la Tierra a finales de 2020.

Fotos: Jaumann et al. (Science, 2019)
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