«Japón. Grabados y objetos de arte» en el Museo Carmen Thyssen Málaga

Esta exposición, constituida íntegramente por obras del Museo de Bellas Artes de Bilbao, muestra una selección de piezas de la colección de arte tradicional japonés que, a principios del siglo XX, reunió el coleccionista José Palacio (1875-1952) y que desde 1954 pertenece al citado museo.

La afición de Palacio por el arte oriental le llevó a atesorar un hermoso y destacado conjunto de obras japonesas, compradas principalmente en París. La apertura comercial de Japón durante la era Meiji (1868-1912) propició la exportación masiva de piezas y objetos japoneses, que en la capital francesa se comercializaron en enormes cantidades. Surgió así una intensa fascinación por el mundo cultural y artístico japonés en la Europa de mediados del siglo XIX: el llamado japonismo, un fenómeno de coleccionismo y de influencia del arte japonés en grandes artistas europeos –Manet, Degas, Monet, Toulouse-Lautrec o Van Gogh–.

Esta colección se caracteriza por la calidad de sus piezas. Del conjunto se muestran aquí 24 grabados ukiyo-e de los siglos XVIII y XIX, una pintura del gran artista Kawanabe Kyōsai y una veintena de objetos de usos diversos. Como complemento se presenta con una pareja de armas japonesas del siglo XVII, procedente de otro depósito particular en el Museo de Bilbao.

Grabados
Durante el período Edo (1615-1868) el grabado se convirtió en la principal forma de expresión artística de la burguesía urbana y su estilo de vida, centrado en el ocio y las diversiones populares, la llamada cultura ukiyo («mundo flotante»). Las estampas ukiyo-e («pintura del mundo flotante») fueron reproducidas de forma masiva y a bajo precio. Algunas de las temáticas más frecuentes en ellas y que aquí se muestran son mujeres bellas, escenas literarias, escenas costumbristas y de parodia, escenas de teatro kabuki y sus actores, escenas naturalistas y paisajes. Se trata de impresiones xilográficas en color (nishiki-e) y, en algunos casos, de ediciones muy lujosas y encargadas con carácter conmemorativo (surimono).

Gracias a su entusiasmo en Europa entre los siglos XIX y XX, algunos de sus autores como Utamaro, Hokusai e Hiroshige fueron fuente de inspiración para numerosos artistas occidentales y referentes universales del arte. Curiosamente, el arte japonés llegó a Occidente a través de artistas con escaso prestigio en Japón, autores de un género menor destinado al mercado popular.

Objetos
La laca japonesa urushi es una de las manifestaciones más bellas del arte del período Edo. Los objetos de madera realizados con esta técnica fueron muy codiciados por los coleccionistas europeos por la originalidad de sus diseños y su preciosismo, y ejercieron gran influencia en las artes decorativas occidentales. Estuvieron destinados a todas las clases sociales y diferentes propósitos. Se exponen aquí pequeñas cajas primorosamente elaboradas –para guardar incienso, útiles de escritura, papeles…–; fundas para pipas (kiseru-zutsu) y estuches de madera (inrō) que colgaban del cinturón del kimono, con la ayuda de una figura que hacía de contrapeso (netsuke).

Además, se muestran piezas relacionadas con la clase de los samurai, como sus armas tradicionales: katana (sable largo) y hamidashi (daga corta), y las tsuba, guardamanos que separaban la empuñadura del sable japonés de su hoja de acero.

«Japón. Grabados y objetos de arte»
Del 31 de enero al 23 de abril de 2017
Museo Carmen Thyssen Málaga
C/Compañia 10, 29008 Málaga
Tel: (+34) 902 303 131
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