Yoshinori Ohsumi, premio Nobel de Medicina 2016

Yoshinori Ohsumi ha sido galardonado con el premio Nobel de Fisiología o Medicina de 2016. Nacido el 9 de febrero de 1945 en la histórica ciudad de Fukuoka — que a veces se nombra como el puerto de Dazaifu, en la meridional isla de Kyushu, uno de los lugares clave en la fundación y desarrollo de Japón. Estudió en la Universidad de Tokio en la que en 1974 obtuvo su doctorado en ciencias. Entre 1974 y 1977 fue investigador postdoctoral en el Instituto Rockefeller de Nueva York.

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De regreso a Tokio continuó su carrera académica en la universidad hasta que en 1996 se trasladó al Instituto Nacional de Biología Básica de Okazaky (prefectura de Aichi) como catedrático. Desde el 2004 al 2009 trabajó también en la Universidad de Hayama (Kanagawa, también en la isla de Ryukyu). Desde entonces colaboró también con el Instituto de Tecnología de Tokyo donde todavía dirige la unidad de Investigación en biología celular.

Premiado con múltiples galardones locales (el premio Fujihara en 2005, el de la Academia de Japón en 2006; el Asahi en 2009 o el de Kioto en Ciencias Básicas en 2012) ha sido distinguido también internacionalmente (Premio de la fundación Gairdner o el Rosenstiel en 2015 y el premio Wiley en ciencias biomédicas en 2016) hasta su reconocimiento por el comité Nobel que le otorga el galardón por sus descubrimientos de los mecanismos de la autofagia.

Japanese scientist Yoshinori Ohsumi smiles (Akiko Matsushita/Kyodo News via AP)

La autofagia, literalmente comerse a sí mismo, es un proceso del metabolismo celular, mediante el cual se degradan y se reciclan ordenadamente los elementos deteriorados o aberrantes de la propia célula. Estos componentes del citoplasma son aislados en vesículas de doble membrana que se denominan autofagosomas, donde gracias a la acción de los lisosomas se degradan y, las macromoléculas resultantes se reciclan. Se han descrito tres formas distintas de autofagia que tienen consecuencias adaptativas, unas veces promoviendo la muerte celular y otras la supervivencia, particularmente en casos de extrema carencia de nutrientes. Resulta de gran importancia en el retraso del envejecimiento.

El nombre de autofagia lo debemos al bioquímico belga Christian de Duve que así la denominó en 1963 pero los mecanismos por los que se produce y la valoración de su importancia es obra de Yoshinori Ohsumi que se empezó a interesar en su estudio en los años noventa del siglo pasado.

Andreu Segura
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