UNA FAMILIA DE TOKIO (Tokyo kazoku) del director japonés Yôji Yamada fue la gran ganadora de la Semana Internacional de Cine de Valladolid 2013, donde ganó la prestigiosa ESPIGA DE ORO al Mejor Largometraje. Este otoño se estrena en España, UNA FAMILIA DE TOKIO de Yôji Yamada, película concebida como un homenaje a “Cuentos de Tokio” (1953), la película más célebre de Yasujirô Ozu considerada la mejor película de la Historia del Cine en opinión de los mejores directores y la 3ª mejor película en opinión de los críticos, según las votaciones que realiza cada 10 años el British Film Institute y que publica la revista Sight & Sound.
Aquí os mostramos el artículo que le dedicó nuestra colaboradora japonesa Haruka Mukai en la revista Eikyô – Verano 2013
[La familia. Sin duda no es un tema extraordinario en el cine, sin embargo no hallaríamos muchos ejemplos de cintas que hayan conseguido describir la “familia” tal cual es, sin ser optimista ni pesimista, sin idealizarla ni convertirla en tragedia.
«Cuentos de Tokio», la película costumbrista dirigida por Yasujiro Ozu y estrenada en 1953, fue elegida por directores de cine en 2012 como la mejor película de la historia del cine. Aquellos que hayan visto «Cerezos en flor», que Doris Dörrie realizó en 2008 -de la que ya hablamos en Eikyô en números anteriores- se habrán dado cuenta que hacía un homenaje al mítico director nipón: Una familia moderna cuyos hijos viven lejos de su ciudad natal y el viaje que emprenden los padres para visitarlos, que no resultará sencillo. Y ésta no es la única película que ha inspirado la maravillosa obra de Ozu.
«Una família de Tokio», aún por estrenar en España, es el último de los homenajes dedicados a este film histórico. El director, Yôji Yamada conmemora además sus 50 años en la profesión con esta película, que es su obra número 81. Dentro de su trayectoria, 48 de sus cintas pertenecen a la serie iniciada con “Tora-san: Es duro ser un hombre” durante 27 años, convirtiendo al protagonista en un prototipo de héroe cercano. Mientras, rodaba largometrajes que hablan de familia y la sociedad contemporánea cada 2 o 3 años. Tras la muerte del actor principal de la serie más larga de la historia, su creación se centró en profundizar en su mundo.
Aunque de joven Yamada tuviera una actitud crítica ante el trabajo de Ozu, por las historias sin grandes acontecimientos que creaba, llegó a reconocer su influencia y ciertos puntos en común: el patetismo, costumbrismo y la repetición de los temas.
Reconociendo que es un homenaje, sería conveniente decir que «Una família de Tokio» es un remake por sus escenas, personajes y diálogos principales extraídos tal cual de la obra original; en esta ocasión acompañados por la magistral mano de Joe Hisaishi, compositor, de bandas sonoras de multitud de títulos, del querido por todos Studio Ghibli.
En síntesis la película retrata una pareja mayor residente en una pequeña isla del mar Setonai, Shukichi y Tomito, que un verano deciden viajar a Tokio para ver a sus hijos. El hijo mayor es médico, la hija mayor peluquera, y el hermano menor escenógrafo de teatro. Cada uno recibe la visita de sus padres, sintiendo la incomodidad de tener que modificar su ritmo de vida, sin sentir apenas nostalgia o alegría por el reencuentro y planean enviar a la pareja a un hotel en Yokohama, la provincia vecina a Tokio.
La diferencia principal entre la original y ésta es la modernización. En la versión de Ozu, el hijo menor de los protagonistas ha muerto en la Segunda Guerra Mundial, y gana protagonismo la simpatía entre los padres y la viuda de su hijo. En cambio, en la nueva cinta él trabaja como un escenógrafo y tiene una novia a quien conoció en actividad voluntaria en zonas afectadas por el terremoto 3 de marzo de 2011. El director modificó el guión tras la catástrofe, reconstruyendo el personaje como un joven normal y corriente.
Si hay algo que las dos obras comparten, o más bien la nueva hereda de la otra, es la tristeza penetrante de una familia que con el tiempo cambia su relación de modo irremediable. Es el destino de todas las familias. Los mayores se dirigen hacia la muerte y los hijos nacen y crecen y se distancian. En ello está la verdad que todos compartimos y es donde también está, la verdadera tristeza.
Justo después del terremoto, hace ya 2 años, la publicidad en televisión reclamaba la solidaridad con la familia, como si fuera la única y última comunidad a la que pertenecemos. No cabe duda de que hasta cierto punto es verdad, pero, ¿podemos decir que la relación familiar es mejor que todas las demás? Quizás si fuéramos ajenos a la crueldad implícita que comprende la evolución de una familia, la vida sería algo más fácil quizás, pero también más superficial. Tokyo Family nos ofrece la mirada quieta y sincera que se aproxima a nuestra familia para observarla y convivir con ella.]
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